LA COMUNION

LA COMUNICACIÓN

“El problema más grave hubiera podido ser solucionado cuando era insignificante”

Lamentablemente una gran parte de matrimonios se abstienen de ser sinceros y abiertos por temor de expresar sentimientos y por falta de conocimientos de cómo entablar una conversación. Y bien lo dijo un famoso psicólogo: “La gente encuentra dificultades en la comunicación porque construye muros en lugar de puentes”

Es asombrosamente doloroso observar cómo parejas que conviven desde hace años desconocen los gustos y los sentimientos de su cónyuge. El dicho; temo herirlo, por lo tanto no le revelaré mis sentimientos es típico.

Posiblemente el contenido de este dicho parezca muy razonable, mas yo no lo considero así por dos motivos: en primer lugar el cónyuge se siente afectado a la larga más por el silencio que por los sentimientos expresados incorrectamente. Y en segundo lugar, no es necesario expresar los sentimientos en forma destructiva, es posible hacerlo con táctica, con sinceridad y de modo que el cónyuge no se ofenda.

Es conveniente recordar, que cuando queramos expresar sentimientos, debemos prestar atención al momento adecuado. Por ejemplo: cuando uno de los cónyuges se siente cansado y con dolor de cabeza o cuando está apurado por salir al trabajo, no es el momento de presentar los problemas. También el modo de expresión es muy importante; cómo se dice lo que se quiere expresar: con qué tono, cual es la mímica del rostro que acompaña a las palabras. No hablar con cinismo, usando expresiones que perjudican la conversación.

Una buena característica de quien goza de salud psíquica es el hecho de que no se perjudica ni a sí mismo ni a otros con palabras o con actos, conciente ni inconcientemente; al contrario: ayuda a los demás y a sí mismo. Se puede asegurar con toda seguridad que lo común en muchas parejas en las cuales su vida familiar esta destruida es la clara demostración de que su conducta perjudica a ambos mediante la palabra, con hechos o por la deficiente comunicación existente entre ellos.

Las mayores dificultades en la vida familiar son diarias. No son necesarios problemas graves para generar tensión y alta de paz en la familia. Estas consecuencias son precisamente producto de pequeños problemas, como ser: mala comunicación en la conversación, ofensa al amor propio, etc...

Por otra parte, el desarrollo insuficiente de la disciplina personal induce al hombre a no tener éxito en el control de sus impulsos destructivos; no tiene la suficiente fuerza interna para convertir sus impulsos destructivos en constructivos para sí mismo y para su familia.

El hombre va por un camino peligroso y destructivo porque es impulsado por una fuerza interna, un enemigo que actúa en su interior y es el instinto de la destrucción, el instinto del mal. Esta fuerza induce a las personas a actuar  impulsiva e irresponsablemente. Cierto es que el instinto destructor nace con nosotros y no nos abandona hasta nuestra muerte.

Podríamos decir que este “instinto del mal” es un enemigo interno astuto y peligroso, que nos acompaña veinticuatro horas al día, y durante toda la vida. Realmente anular malos hábitos es una ardua tarea para la cual se requiere muchos años. El mejor consejo para emprenderla es rendirle al Señor de una forma sincera y honesta todos nuestros malos instintos, llenar nuestra vida con su presencia, empaparnos de su Palabra y no bajar la guardia en ningún momento. Si esta tarea logramos hacerla en equipo, lograremos reprimir muchísimos instintos e impulsos de la carne, y lograremos una gran satisfacción y paz en el hogar.

LECTURAS SEMANALES   

Lunes:      Josué 24:14-28

Martes:    Gálatas 5:1-26

Miércoles:   2ª Timoteo 3:1-17

Jueves:   Santiago 2:1-26

Viernes:   Hebreos 12:1-29

Sábado:   Salmo 119:1-24

OBJETIVOS DE LA SEMANA

  • Prestar más atención al cónyuge y expresarle todo aquello que queramos decirle.

  • Cuidar las palabras y los gestos que utilicemos cada vez que tengamos que decirle algo a nuestro cónyuge.

  • Darle una sorpresa agradable durante esta semana.

ORACIÓN PARA HACER EN FAMILIA:

Santo y Poderoso Dios nuestro, invocamos tu Nombre en esta hora, te pedimos que abras tu mano y nos colmes nuestro hogar de toda bendición.

El deseo que cada uno de nosotros es adorarte y servirte con todo nuestro corazón, te pedimos que nos des fuerzas para que siempre podamos con tu ayuda ser una familia ejemplar y apoyar a tu iglesia y extender tu Reino en este mundo.

Anula todas las malas intenciones del diablo contra nuestra casa, Que Tu voluntad siempre prevalezca por encima de la nuestra y preside tu siempre todas nuestras conversaciones y guarda nuestra mente y nuestra boca de malos pensamientos.

En el nombre de nuestro Bendito y Poderoso Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Amén.